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Que el mundo fallero tiene ganas de volver a la normalidad dentro de la “nueva normalidad” es un hecho indiscutible. Pero las últimas medidas más restrictivas si cabe en cuanto a aforo y horarios hacen aún más difícil ese retorno.

Pero ni Junta Central Fallera ni Juntas Locales Falleras tiran la toalla a celebrar las Fallas 2021 aunque sean sui generis. Y es que hay que darle salida a las fallas 2020 almacenadas desde la cuarentena para que comisiones y artistas falleros puedan avanzar a las Fallas 2022. Para que indumentaristas, pirotecnicos, floristas y musicos puedan recuperarse de un año nefasto.

Por eso ya han puesto la maquinaria en marcha para organizar unos protocolos que permitan la celebración de unas Fallas seguras en materia sanitaria. Por ello el próximo día 12 de noviembre tendrá lugar una reunión entre Junta Central Fallera, Juntas Locales Falleras, Agrupaciones de Fallas y Sanidad para ir perfilando las Fallas 2021. Pero como todo esto es volátil y lo que un dia vale y al otro no, habrá que ver cómo evoluciona la pandemia y la situación sanitaria. Todo el mundo tiene claro, o debería tenerlo claro ya, que no van a ser unas Fallas “como antes” y que existe la posibilidad de cambios de última hora para bien o para mal. Que se vayan realizar actos conmemorativos por el 4º Aniversario de la Declaración de las Fallas Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y que la Cabalgata de Reyes este dentro de los actos a celebrar se debería interpretar como una señal de que con control y seguridad es posible realizar actividades lúdicas y culturales.

En esta dirección, la Junta Local Fallera de Dénia ha emitido un comunicado en el que albergan la esperanza de poder celebrar unas “Fallas 2.0”, dentro de la nueva normalidad y de las medidas sanitarias. Explican que el mundo fallero ha dado ejemplo con su comportamiento estando parado estos últimos ocho meses y en su vuelta a la “normalidad” organizando actos con todas las normas impuestas. Es cierto que sí, los falleros son responsables, pero, ¿y el público? Es verdad que el público es más difícil de controlar, pero piden a las autoridades, cuerpos y fuerzas del Estado su implicación para llevar a cabo las celebraciones de forma segura y con control de aforo en aquellos actos donde tradicionalmente hay más masificación. Emplazan a no dejar morir la cultura y menos la cultura popular y/o festiva.

Aunque hasta el dia 12 de noviembre no sabremos si hay una luz al final del túnel.